
Observabilidad de Datos, la nueva era de la Monitorización
En el mundo de TI, una de las peores pesadillas es la llamada a medianoche: «¡El sistema está caído!». Es un problema evidente, ruidoso y que exige una reacción inmediata. Sin embargo, en la era del Big Data y la Inteligencia Artificial, ha surgido una pesadilla mucho más peligrosa y silenciosa: «Los datos son incorrectos».
A diferencia de un servidor caído, los datos erróneos no activan una alarma. Pueden fluir silenciosamente a través de sistemas complejos, corrompiendo dashboards, entrenando mal los modelos de IA y llevando a decisiones estratégicas basadas en información falsa. Cuando alguien finalmente pregunta «¿este número no parece raro?», el daño ya está hecho.
En las arquitecturas modernas —distribuidas, basadas en microservicios y conectadas a la nube— la simple monitorización ya no es suficiente. Necesitamos pasar de solo saber qué se rompió, a entender por qué y dónde. Esto es la observabilidad.
De la monitorización a la observabilidad: ¿qué ha cambiado?
Durante décadas, hemos confiado en la monitorización. La monitorización es, en esencia, un sistema de alertas binario. Nos dice si algo está «arriba» o «abajo», si la CPU está al 90% o si el espacio en disco se está agotando. Es fundamental, pero es reactiva. Es el equivalente a la luz de «check engine» de un coche.
La observabilidad, en cambio, es la capacidad de entender el estado interno de un sistema complejo analizando las salidas que genera. No solo te dice que la luz del motor se encendió; te permite conectar los datos del sensor de oxígeno, la presión del combustible y el tiempo de ignición para diagnosticar por qué se encendió.
La observabilidad se basa en tres pilares fundamentales de telemetría:
- Métricas: El «qué». Son valores numéricos medidos a lo largo del tiempo. (Ej. «Latencia de la API», «Ventas por minuto»).
 - Logs (Registros): El «porqué». Son registros de eventos inmutables y con marca de tiempo. (Ej. «Error: Conexión a la base de datos rechazada»).
 - Trazas (Traces): El «dónde». Muestran el viaje completo de una solicitud (un «trace») a medida que se mueve a través de múltiples microservicios y componentes. (Ej. «El inicio de sesión del usuario A tardó 1.5s, de los cuales 1.2s se perdieron esperando al servicio de autenticación»).
 
La monitorización te dice que un sistema está lento. La observabilidad te dice que está lento porque un servicio específico está fallando, y los logs de ese servicio te dicen que es porque una consulta a la base de datos está mal optimizada.
Datos a oscuras: los riesgos de no detectar los problemas
El verdadero cambio de paradigma ocurre cuando aplicamos este concepto a los datos. Un fallo en una aplicación es evidente; la aplicación deja de funcionar. Pero un fallo en un pipeline de datos es silencioso.
Si tu proceso de ingesta de datos (ETL) falla un martes por la noche e importa solo la mitad de las ventas, o si un cambio en una API externa introduce datos corruptos en tu sistema, tu plataforma seguirá «funcionando». Los dashboards se cargarán, los informes se generarán. Simplemente, todo estará mal.
Los costes de esta «visibilidad cero» son astronómicos. Según estudios recientes, el 80% de los ejecutivos no confía plenamente en los datos de su organización. Además, el 82% de las empresas admite que los problemas de calidad de datos son una barrera directa para sus proyectos de integración e IA.
Un caso de estudio tristemente célebre es el de Unity Software. La compañía descubrió que había estado consumiendo datos erróneos para entrenar sus modelos de publicidad, lo que provocó un desastre en sus predicciones y una pérdida de ingresos estimada en 110 millones de dólares. El problema no fue un sistema caído; fue la falta de observabilidad de los datos que lo alimentaban.
Cómo implementar la observabilidad
Implementar la observabilidad requiere un enfoque deliberado tanto para los sistemas de TI como para los flujos de datos.
Para la Observabilidad de Datos: Este es un campo más nuevo pero igualmente crítico. Requiere soluciones que monitoricen continuamente los pipelines de datos. Estas herramientas vigilan:
- Frescura: ¿Están los datos actualizados?
 - Volumen: ¿Recibimos la cantidad esperada de datos?
 - Calidad: ¿Están los datos dentro de los rangos esperados? ¿Hay valores nulos inesperados?
 - Esquema: ¿Cambió la estructura de los datos sin previo aviso?
 - Linaje: ¿De dónde vienen estos datos y qué informes o modelos dependen de ellos?
 
Para Sistemas de TI: Esto implica desplegar herramientas de APM (Application Performance Monitoring), centralizar la gestión de logs (para poder correlacionarlos) y estandarizar la recopilación de métricas y trazas. Estándares como OpenTelemetry se están volviendo cruciales para asegurar que todos los componentes, sin importar el lenguaje o el proveedor, hablen el mismo idioma de telemetría.
Al igual que un APM alerta sobre un aumento de latencia en la web, una plataforma de observabilidad de datos alerta al equipo de DataOps sobre una caída en la calidad o volumen, permitiéndoles localizar y solucionar el problema mucho antes de que el CEO vea un número incorrecto en un informe.
En Luce IT, entendemos que la observabilidad no es un añadido, sino un principio de diseño. En un entorno empresarial que depende de decisiones basadas en datos, la confianza lo es todo. Por eso, integramos la observabilidad en nuestros despliegues de infraestructura, automatizando la monitorización y las alertas desde el día uno, y en la gestión de la información, garantizando su fiabilidad con controles de calidad y linaje.
Para una organización, adoptar esta estrategia transforma la operación diaria. El beneficio más inmediato es el cambio de un modo reactivo a uno proactivo: en lugar de enterarse de los problemas por los usuarios finales, el equipo recibe alertas inteligentes sobre anomalías y corrige la causa raíz antes de que impacte al negocio. Esto se traduce directamente en una mayor fiabilidad, cumplimiento de SLAs y, sobre todo, en una mayor confianza de la organización en sus sistemas.
Si quieres dejar de reaccionar a los problemas y empezar a anticiparlos, ponte en contacto con nosotros.
FAQ
¿Qué es la observabilidad en TI y en qué se diferencia de la monitorización?
La monitorización tradicional te dice qué está fallando (por ejemplo, «el servidor está caído» o «la CPU está al 90%»). Es reactiva. La observabilidad, en cambio, te permite entender por qué está fallando. Utiliza tres pilares (métricas, logs y trazas) para ofrecer una visión profunda del estado interno de un sistema, permitiendo un diagnóstico completo de la causa raíz en lugar de solo recibir una alerta.
¿Por qué es tan importante la observabilidad de datos?
A diferencia de un sistema que se cae (un error evidente), los datos incorrectos son un problema silencioso. Pueden fluir por los sistemas corrompiendo informes y entrenando mal los modelos de IA sin ser detectados, llevando a tomar malas decisiones de negocio. La observabilidad de datos monitoriza continuamente la calidad, la frescura, el volumen y el linaje de los pipelines de datos para detectar estas anomalías a tiempo.
¿Cuál es el principal beneficio de implementar una estrategia de observabilidad?
El beneficio clave es pasar de un modelo de trabajo reactivo a uno proactivo. En lugar de esperar a que un usuario reporte un problema, la observabilidad permite al equipo de TI detectar anomalías (como una latencia inusual o una caída en la calidad de los datos) y corregir la causa raíz antes de que impacte significativamente en el negocio. Esto genera una mayor fiabilidad y, sobre todo, más confianza en los sistemas.
¿Cuáles son los tres pilares de la observabilidad?
Los tres pilares fundamentales son: Métricas (el «qué», valores numéricos como la latencia o las ventas por minuto), Logs (el «porqué», registros de eventos que explican un suceso, como un error de conexión) y Trazas (el «dónde», que muestra el recorrido completo de una solicitud a través de los diferentes microservicios del sistema).
¿Qué comprueba exactamente la observabilidad de datos?
La observabilidad de datos monitoriza la salud de los pipelines de datos. Específicamente, vigila la Frescura (si los datos están actualizados), el Volumen (si se recibió la cantidad esperada de datos), la Calidad (si hay valores nulos o fuera de rango) y el Linaje (de dónde vienen los datos y qué informes o modelos dependen de ellos).
¿Qué herramientas se usan para implementar la observabilidad en TI?
Para la observabilidad de sistemas de TI, se suelen implementar herramientas de APM (Application Performance Monitoring), sistemas de gestión centralizada de logs (para poder correlacionarlos) y estándares de telemetría como OpenTelemetry, que ayuda a recopilar métricas y trazas de manera unificada en arquitecturas complejas.
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